lunes, 19 de noviembre de 2012

el primer cantante de rock and roll negro

(Charles Edward Berry; San José, 1931) Guitarrista, cantante y compositor de rock and roll.Pasó parte de su adolescencia en un reformatorio como consecuencia de un robo que cometió. A principios de los cincuenta lideraba un trío de jazz y blues que tocaba por el circuito local. Su carrera discográfica comienza en 1955, cuando Muddy Waters le envía a ver a Leonard Chess y grabaMaybellene, que sería uno de los primeros éxitos del Rock And Roll. En 1956 publica cinco singles más, pero sólo Roll Over Beethoven llegó a obtener repercusión, siguiendo su carrera en línea ascendente, aunque nadie podía imaginar entonces la influencia que iba a ejercer en años posteriores. Actuó en vivo con frecuencia en todos los rincones del mundo e intervino en numerosos films.
En 1959 fue encarcelado por espacio de dos años, al haber sido encontrado culpable de cargos de inmoralidad contra una empleada de su night-club. Cuando salió de prisión, sus temas eran más conocidos que los de las nuevas bandas que por aquel entonces iban surgiendo (sus temas fueron versionados por los Beatles y los Rolling Stones en sus primeros álbumes) y recogió buen número de éxitos hasta 1965, cuando cambió de sello y fichó por Mercury, para el que editó tres álbumes con poca incidencia entre el público.
Volvió a Chess Records en 1970; el regreso le dio un número uno a ambos lados del Atlántico, y volvió a ser admirado por otra nueva generación de aficionados. Grabó esporádicamente y siguió actuando a lo largo de los setenta, siendo encarcelado de nuevo (esta vez por cien días) por evasión de impuestos. Su actividad en los ochenta se redujo a actuaciones y apariciones esporádicas en films y a la publicación de su autobiografía.
En la historia del Rock & Roll quedarán anotados para siempre un sinfín de magníficos temas (Maybellene de 1955, Sweet little sixteen y Johnny Be Goode, ambas de 1958, You Never Can't Tell de 1964, My Ding-A-Dingde 1972), además de su original paso del pato (con el que cruzaba el escenario de un lado a otro) y su proverbial tacañería (sus músicos le acompañaban por unos pocos dólares).



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